Page 20 - 154 centrimetros y unas pocas historias de amor
P. 20
Leugim Sagrav
la Katana era una extensión de su mano, sus mo-
vimientos no eran exactamente como los de noso-
tros, pero eran efectivos.
Comenzaron relaciones con las mujeres de la villa
y tuvieron hijos mestizos con los ojos rasgados y
azules como el cielo, llegaron a ser parte del dia-
rio vivir de nuestra villa. Los llegamos a ver como
iguales. Pero los samuráis que había quedado como
seguridad de la villa los veían como presas
A la media noche del día más triste de mi existir
esta gente comenzó a atacarnos sin perdonar muje-
res, niños o ancianos mis hijos perdieron sus vidas.
Mi ira fue terrible, acabé con cuanto bárbaro en-
contré hasta llegar a la casa del gigante quien yacía
en el suelo con una herida que le costaría la vida,
a su lado estaba ella llorando la pérdida de su pa-
dre, empuñé mi espada para desatar mi ira contra
ella más no pude, todo acabó tan rápido como co-
menzó, no pude hacer nada para salvar a mis hijos,
y tampoco hice nada para que ellos pagasen como
debían… mi honor estar manchado, por lo que em-
puñé mi tanto y arranque mi vida para recuperar
mi honor, lo último que vi fueron sus grandes ojos,
y no fue el sakura el aroma que percibí, fue su olor
lo último que registre en mi memoria. Como hu-
biese deseado poder decirle que mi vida le pertene-
cía, que hubiese renunciado a todo solo por sentir
su piel.
20